martes, febrero 21, 2006

Carta abierta al Sr. Zapatero.

No puedo disimular mi perplejidad al escuchar las palabras del Sr. Zapatero a la madre de Irene Villa. No puedo dejar de pensar que clase de hombre es el que le dice a una madre que ha visto como a su hija de doce años le amputaban las piernas una bomba colocada debajo de su coche cuando iba a llevarla a la escuela, que les comprende, que él también perdió a su abuelo en la Guerra Civil. Cómo se puede, sin resultar repugnante, comparar el dolor de una madre que ve como su hija crece con el dolor y las secuelas de acto terrorista cruel, con el rencor de un nieto por la muerte de un abuelo al que nunca conoció. Cómo se puede mirar a la cara a una mujer que ha visto a su hija tirada en el suelo de la calle, desangrándose por que unos asesinos despiadados le han arrancado las piernas, y decirle que él también es una víctima porque también sufre por la muerte de un abuelo hace ya más de 70 años. Como se puede decir que les comprende, y luego decirles que callen y olviden, si él no olvida ni calla el rencor por la muerte de un abuelo en una Guerra Civil, que los españoles dejamos a tras hace muchos años para vivir en una democracia de todos.

El Sr. Zapatero esta vez no solo ha faltado al respeto, que se le debe a las víctimas inocentes de quienes han querido acabar con la democracia en España. Ha faltado al respeto de la dignidad del ser humano. Porque a lo menos que tienen derecho las víctimas de ETA, es a la dignidad. La dignidad que le debemos quienes hoy, gracias a sus sufrimientos, vivimos en democracia.


Sr. Zapatero, en mi nombre y en todos aquellos que también crecieron con aquella imagen, que aún me produce angustia y horror, de una niña de doce años tirara en el suelo sin piernas, le exijo que pida oficialmente disculpas a la familia Villa, a las víctimas de ETA, y a la sociedad española en su conjunto. Por unas declaraciones que más que desafortunadas son repugnantes. Impropias de cualquier persona con un mínimo de piedad y bondad en el corazón, y más impropias de un Alto Cargo del Estado Español.