domingo, abril 23, 2006

¡Aragó i Sant Jordi!

El viejo grito de guerra de las tropas aragonesas se encuentra hoy en peligro de ser declarado tabú por los fundamentalistas de lo políticamente correcto.

La falta de criterio histórico y de no saber distinguir entre el respeto y la memez, hacen que hoy señas colectivas de identidad histórica de los aragoneses sean perseguidas por quienes no son capaces de ver que la Historia es un ejercicio intelectual de reflexión y compresión de otras mentalidades completamente diferentes a las nuestras.

Así algunos políticos, entre los se encuentra desgraciadamente el Presidente de las Cortes de Aragón, el Sr. Francisco Pina, intentan modificar artificialmente los signos de identidad colectiva de los aragoneses, como es el caso de el Escudo de Aragón.

Puede que estos políticos no sean capaces de hacer el esfuerzo intelectual que supone entender que no se puede juzgar a los símbolos de épocas pasadas por los valores actuales. Puede que no sean capaces de entender que las mentalidades no han sido algo estanco desde el principio de los tiempos. Que la evolución del hombre, ha producido a su vez una evolución cultural que ha trastocado durante siglos y generaciones a la mentalidad del ser humano hasta llegar al momento actual.

Vivimos tiempo difíciles para quienes se atreven a decir: yo pienso diferente. La dictadura del pensamiento único que algunos partidos políticos, hoy en el poder, intentan implantar en la sociedad española, quiere acabar con la libertad de los individuos. Hay que pensar como el resto de la manada, y tener los mismos gustos. El que se atreve a discrepar de la rebaño es ridiculizado y satánizado por los medios de comunicación afines al gobierno y a sus propios intereses económicos. Si alguien cree que exageró, que vea Noche Hache, buen ejemplo de lo que ya hizo Fujimori en el Perú durante su dictadura, o lo que hacen actualmente los medios controlados por el ex–golpista Hugo Chávez en Venezuela.

En Aragón hay quienes intenta falsificar la Historia, poniendo símbolos artificiales que pretende acabar con los símbolos que durante siglos la mentalidad de los aragoneses, pasados y presentes, han ido construyendo y aceptando como propios.

Puede que sea más bonito vender la historia del Dragón, al fin y al cabo es muy apta para un argumento de una película de Disney. Pero algunos se olvidan que conceptos como Reconquista o Conquista, Cristiandad o Islam, Cruzada o Guerra Santa son conceptos que culturales históricos de todos los aragoneses. De los aragoneses que han nacido fuera de Aragón, que los fundamentalistas de políticamente correcto denominan “Nuevos Aragoneses”. Concepto, por cierto, antagónico a “Viejos Aragoneses”, y es que alguno les engañan sus propias palabras. Y de los aragoneses que hemos nacido en esta tierra.

Puede que para los que algunos aún son viejos prejuicios que diferencia a los “Nuevos Aragoneses” de los “Viejos Aragoneses” . Para otros son conceptos culturales históricos que casi todos los aragoneses, independiente de donde hayamos nacido, tenemos pero que la mentalidad de cada individuo entiende de manera distinta según las propias diferencias de procedencia familiar e individual. Conceptos que nos unen, porque demuestran que nuestro pasado y antepasados nos eran tan diferentes en su mentalidades como los fundamentalista de lo políticamente correcto creen.

Sería bueno que las Cortes de Aragón se gastarán el dinero en solucionar los problemas de todos los aragoneses, en vez de intentar cambiar los símbolos de identidad histórica que se han formado durante más de un milenio en esta tierra que llamamos Aragón.

El Sr. Pina podrá decir orgulloso que intento imponer nuevos símbolos a la Sociedad Aragonesa. Pero no podrá decir que se dedico realmente a resolver los problemas de la gente de Aragón.

Para los que sentimos pasión por la libertad, sabemos que hay que respetar el pasado tal y como fue. La pasión por la libertad nos hace entender la política como un medio de resolver los problemas de la gente y no como un medio de imposición de ideas, pensamiento o mentalidades.
Las Cortes de Aragón deberían respetar los símbolos históricos de los aragoneses, por una sencilla razón: por higiene democrática.