lunes, julio 03, 2006

La vuelta a la caverna de la política española, o el talante de ZP.

“Las grandes palabras que maneja el presidente –siempre con contenidos abstractos- y una imagen de gran cercanía a la opinión pública, con un adecuado manejo de instrumentos semánticos demagógicos- así, las expresiones tales como extensión de los derechos, tolerancia, convivencia, respeto- que se quedan en su mera verbalización, le proporcionan una percepción pública generalizadamente buena.”

Este texto, parte del artículo del domingo, de D. José Antonio Zarzalejos, Director de ABC, me hace reflexionar sobre el devenir futuro de la política española y, sobre todo, de sus políticos.

Desde que el Sr. José Luis Rodríguez Zapatero, llegada a la Secretaría General del PSOE, la política española sufrió un cambio cualitativo de consecuencias aún desconocidas.


La política española con Zapatero ha pasado de “ser”, para “parecer”. El famoso cambio de talante, se convirtió en eso, en un cambio de formas y de las palabras. Pero el país vive hoy sumido en aumento de la radicalidad propiciada desde los sectores más reaccionarios del socialismo español, que propugna el aislamiento político y social de la única alternativa real cambio que actualmente tiene este país. Prueba de ello, fue la campaña antidemocrática y de confrontación civil que con motivo del estrellado proyecto de Estatut Catalán realizó el PSC, propiciando el odio y el aislamiento político de unos de los principales grupos de oposición política a su gobierno en Cataluña.


El Presidente del Gobierno, en lo que lleva de legislatura ha roto todos los acuerdos de consenso que desde la Constitución de 1978 han mantenido los principales partidos del país. Zapatero ésta hipotecando el futuro del PSOE, que desde ahora, ya no puede reclamar que se respeten las normas de consenso político, que el mismo ha roto. El PSOE está hipotecando, porque ahora ya nadie puede hablar de independencia y autonomía de las instituciones gobernadas por el PSOE, que han pasado ha ser manejadas como un instrumentos de uso privado del PSOE y no como un instrumento al servicio de los ciudadanos. El último caso, fue la ruptura del consenso entorno a la figura del Gobernador del Banco de España, donde se ha rotó el tradicional consenso existente sobre que se debería tratar de un persona de reconocido prestigio y independencia. El candidato del PSOE y por ende del Gobierno, es un candidato político, dejando claro que la actual dirección del PSOE quiere un Gobernador del Banco de España sumiso a sus pretensiones, aunque éstas vayan en contra del interés general.


El Presidente del Gobierno mantiene un talante de consenso, mientras que desde que llegó al poder lleva buscando las ruptura de los acuerdos de consenso con el Partido Popular, incluida la lucha antiterrorista. El Presidente de Gobierno habla de extensión de derechos, cuando en este país cada día se intenta imponer una moral única desde el poder, persiguiendo a la oposición política, como en el triste caso Bono, o se busca el aislamiento social de la oposición. El Presidente del Gobierno habla de convivencia, mientras busca acabar por la puertas de atrás con los pactos de convivencia que todos nos hemos dado. El Presidente habla de respeto, mientras su partido con su Secretario de Organización al frente se dedica a faltar al respeto a todo aquél que no piense como ellos. Y el mismo Presidente falta al respeto a los españoles, cuando por ejemplo insulta a las víctimas del terrorismo, por no acallar ante sus cesiones con los asesinos.


El Presidente del Gobierno habla de su talante democrático. Y en eso se queda, en un talante o falsa apariencia. Porque desde que llegó al poder, se ha buscado criminalizar a la oposición política; acallar a los medios de comunicación (ya sea berluscanizando los medios de comunicación o directamente apelando a la autocensura); volver a la confrontación como instrumento político; menoscabar la independencia judicial (desde el Ministerio Fiscal, pasando por la Audiencia Nacional); menospreciar a las Instituciones que representan la Soberanía Nacional; intentar engañar a la opinión pública española, llegando a hablar en medios de comunicación de la necesidad de volver a formas de gobierno en secreto, sin informar de los asuntos cotidianos a la opinión pública hasta que el gobierno no lo considerase necesario; intentar transformar el actual marco de convivencia constitucional por la puerta de atrás, cuando no, con incumplimiento fragante del marco legal existente.


Como se puede observar la política española parece ir hacia formas menos democráticas de gobierno, mientras se ocultan bajo el “talante “ de buen rollito. Se vuelve a formas, ya por suerte casi olvidadas, de decir lo que no se piensa y lo contrario de lo que se va hacer. Eso ha sido al final el verdadero “talante” del socialismo español, decir exactamente lo contrario de lo que se va hacer.


El “talante de ZP” se ha quedado en una vuelta a la caverna , donde lo que “parece ser” o “talante” es una percepción engañosa de la realidad propiciada por la verbalización de palabras que confundan la percepción de la realidad que se intenta ocultar a la opinión pública.


De momento la jugada le ha salido bien a ZP. Pero debería tener en cuenta, que al final, siempre hay un Plantón que nos saca de la caverna, y que nos muestra el engaño que han intentado imponernos.